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viernes, 15 de agosto de 2008

Batman: La dulce victoria de Loeb y Sale 05


Tras la derrota

Dark Victory continúa la trama de BTLH. Las coordenadas de partida son las mismas: historia desarrollada en trece entregas (de Halloween a Halloween, siendo los episodios que coinciden con la festividad de carácter especial) junto a un episodio 0, publicado en la revista Wizard.
Volvemos a estar ante un criminal que asesina mensualmente coincidiendo con días festivos; volvemos a encontrarnos ante una estructura de novela enigma articulada por reflexiones sobre: Familia, Identidad, Soledad....
Volvemos a hallarnos ante un Bruce Wayne que al vestirse de murciélago se desviste del disfraz de millonario despreocupado.
Estas coincidencias pueden hacer pensar que afrontamos un remedo de BTLH. Opino que no.

Hay diferencias que hacen que BDV supere puntualmente a BTLH, el hecho de que la obra aun no haya sido publicada en España, me impide entrar en detalles muy concretos por aquello de no contar lo incontable.
Estas diferencias van más allá de que las víctimas sean policías, en cuyos cadáveres ahorcados cuelgan páginas, sobre las que el asesino (The Hangman) reproduce el juego del ahorcado; o de que en este caso todas las pistas parecen inculpar a un único sospechoso: Dos Caras.
La diferencia radica en que Loeb articula Dark Victory sin la celeridad e incertidumbre que resienten el final de El largo Halloween, donde el lector tiene la sensación de que o bien el guionista ha dejado una serie de pistas ocultas a lo largo del relato, o bien no ha resuelto de forma verosímil la autoría de la totalidad de los asesinatos.
En Dark Victory sus reflexiones sobre los personajes, y sus sentimientos, aparecen mejor desarrolladas, pivotadas sobre los devastadores efectos de la pasión envilecida y el peso del odio en las entrañas.
Si en BTLH asistíamos a la génesis de un villano clásico, ahora estamos ante el origen de un héroe: Robin. A la vez que el guionista aporta nuevos enfoques sobre protagonistas conocidos, como la duda sobre la ascendencia de Catwoman.
Su narración es acompasada, y aparecen voces armonizadas por el viejo sentimiento que afina las cuerdas de nuestro corazón: el Amor: amor paternal, amor carnal, amor loco... el amor de Loeb por el cine se palpa en toda la obra, sobre todo en los pasajes protagonizados por un Joker que repite diálogos de James Cagney en Al rojo vivo, o interpretaciones de Richard Widmark en El beso del asesino.

Los personajes han cambiado tras los desmanes de Festivo. Gordon, ya comisario, sufre el dolor del alejamiento de su familia, a la vez que muestra cierto recelo hacia el Murciélago; Batman, mortificado por la desgracia de Dent, decidirá confiar en Robin (integrado por primera vez al reparto de Loeb y Sale) para salir de esa fortaleza de soledad en la que había convertido su bat-cueva.
Estas diferencias se aprecian en el tono de las obras. Mientras El largo Halloween comenzaba con esperanza y terminaba con desolación; Dark Victory comienza con soledad y termina con alegría.

Lo que iguala a ambos títulos es el trabajo de Sale, quien ratifica en cada viñeta su profunda condición humana en un medio poblado de estrellas cuyo arte es brillante pero frío.
Sale trasmite todo un torrente de sensaciones y emociones con sus lápices: su Hiedra Venenosa nos hace desear el roce de sus labios infectos, la fiscal Porter convertiría en cautivo del mal a cualquiera con sangre en las venas.
El dibujante desborda imaginación, innovación y pericia en la composición y desarrollo de cada entrega; plasmando personajes que se funden con la ciudad que aman, o se empequeñecen ante los que aman, pero cuyo corazón late viñeta a viñeta.
Destacar el trabajo del colorista, Gregory Wright, quien añadiendo el gris a toda tonalidad sumerge a la obra en unas aguas de innegable belleza. Convirtiéndola en una dama melancólica por cuya atención se enfrentan héroes y villanos.

Afortunadamente a Loeb y Sale les quedan muchas historias por contar: a Spiderman: Blue le seguirá Hulk: Grey. Confiemos en que ambos extraigan de su paleta creativa una amplia gama cromática, a la vez dirijan sus miras a motivaciones más variadas que la tonalidad de los héroes marvel.
Confiemos en que sus obras sigan teniendo un hueco en nuestro mercado editorial.



Nino Ortea. Gijón, 10-I-03.


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