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Mis mejores deseos para ti y los tuyos, amable leyente, ahora y siempre

jueves, 23 de junio de 2011

Un marciano con mi cara.




Tras cerrar la puerta, cambió de opinión. Ya no pulsaría el botón.
Bajó las persianas lentamente, mientras reconsideraba los pros y los contras de lo que había decidido no hacer. O quizá sí que lo haría. No le podía dedicar una hora diaria a plantearse la misma disyuntiva. “De hoy no pasa”, se dijo en voz alta tras alejarse de la última ventana ya biselada.
En la plena oscuridad en la que se encontraba, resonó su risotada. Recordó que tras su habitual llegar con retraso –que no tarde– a clase, Porfiria solía comentarle algo parecido a “Cuando entras, entra la luz”. Si lo viera ahora, quizá cambiaría su “entrar” por “brillar”. Es curiosa la cantidad de palabras que estos litosféricos tienen para conceptos superfluos como “brillar” y lo reducido de su lenguaje para lo esencial. No entendía cómo podían someter sus sentimientos a ecos del silencio. Pero bueno, quizá debía empezar a plantearse comprar un diccionario de lenguaje no verbal, donde “el recurso al silencio” debía de ser la entrada con más afecciones.


Ya desnudo y relajado, se sentó en su sillón. Una de las muestras más ikeantes de lo rimbombante del lenguaje litosférico, está en la cantidad de adjetivos con los que modelan simplezas como los asientos, en lugar de reducirlos a “cómodos” o “deslomantes”. Sin necesidad de proyectar ningún holograma emotivo, revideó la escena en la que su gaseosa casera le había dicho que lamentaba dejarle en mitad del salón este sillón desvencijado. Él no supo qué contestarle. De hecho, de aquella no sabía ni sentarse.
Ahora comprendía su lamento.
Ahora, sentado, entendía que lamentara desprenderse de ese sitial.
Los muelles que emergen tras detectar una presión corporal, son de lo más relajantes. Y, sin lugar a dudas, el efecto depilador de la cinta adhesiva que la recubre, es de lo más exfoliante.
Ahora era él quien lamentaba no haberle preguntado a su casera, antes de desgasificarla, dónde podría comprar más tronos juguetones como ése. Ya había visitado todas las mueblerías de la ciudad; y en cuanto les pedía “un sillón desvencijado con acabados en cinta aislante”, los dependientes se reían y las dependientas se carcajeaban.
Los comprendía.
Y es que un mueble con un diseño artesanal tan eficiente, debía de contar con una lista de espera de meses, que podían llegar a convertirse en décadas. De hecho, el proceso de desvencijamiento de su asiento había durado 10 años. A juzgar por las acreditaciones artesanales, el procedimiento lo había empezado un tal Naranjito en 1982 y lo había finalizado un cual Curro en 1992. Pero él no tenía meses. Como mucho tenía una semana más antes de hacer que aquellos que adoran al Mal temieran su poder.
Había vislumbrado varios modelos semejantes en mercadillos callejeros; pero siempre que había comprado alguno, los repartidores no efectuaron la entrega. Y es que, probablemente, habrían recibido una mejor oferta de la que se lo acercaban en su frugoneta. La próxima vez, les daría ese “payo tonto” del que tanto le hablaban.
Ya su tecnopadre lo había definido como “iluso” antes de cambiarlo por un sable de luz multiuso. Eones después, seguía confiando en la palabra dada y en la inocencia de una sonrisa.
Bueno, ya bastaba de divagaciones. Su resplandor no parpadeaba, prueba de que estaba reposado. Tenía que tomar la decisión sobre si darle ahora al botón, lo que acabaría con esos cursis; o darle luego al botellón con sus compañeros de cursillo.

Al recordar lo que había pasado esa mañana, la situación le parecía algo marciana. Una formadora ocupacional había culpado de la crisis económica y social, que sufre esa coordenada de la Litosfera, al partido en la oposición y a la avaricia de unos ciudadanos que habían intentado ser menos pobres.
—“Ojalá esta situación dure un par de años más. Es lo mejor que le puede pasar a nuestra Economía.” —les intentó adoctrinar con su voz de dibujo animado acelerado. Tras eso, la formadora atusó su bigote y continuó con su digresión sobre la eterna levedad del ser.
Ningún alumno formuló una queja o solicitó una aclaración sobre la sandez con la que los habían sondeado. La actitud servil frente a las figuras de autoridad siempre le había ofendido. Y esta especie parecía muy proclive a dar más poder al Poder. O a participar en asambleas ciudadanas donde lo que se busca no es avanzar en lo social, sino socializar con el personal.
Por eso se había planteado cumplir con su misión de miembro de los “Quinqués jade” y demostrar a esos quinquis terrestres lo que vale el peine de una Crisis infinita. Pero, como buen alopécico, sabía que a la ocasión no se la pinta calva, sino aprovechable. Así que decidió darle a ese planeta una nueva oportunidad.
Sacó una batería duracélica para renovar su energía a la vez que perjuraba su juramento:

En el día más brillante, en la noche más oscura, el Mal no escapará de mi vista.
Que aquellos que adoran al mal teman mi poder: ¡la luz de Linterna Verde!

miércoles, 22 de junio de 2011

Al Green - Let's Stay Together

Al pasar de las viñetas a los fotogramas, muchas historias se desvirtúan. Lo mismo que suele ocurrir con las promesas que no pasan de las palabras a los hechos.


Por fortuna, siempre hay excepciones. Por fortuna, una “macarrada” disfrutada entre macarrones puede convertirse en un “peliculón”. 

Aunque, sigo pensando que a la potente banda sonora de RED le falta este tema.

¿Bailamos?

Ninogüilis

Al Green - Let's Stay Together (LIVE on Jonatha..., posted with vodpod

lunes, 13 de junio de 2011

POPSY POP CONTRA HOLLYWOOD 08



Obviamente, toda soflama social queda oculta bajo llamaradas de risas, disparos o gritos de terror. A la vez que la mera búsqueda de la diversión por parte de la audiencia —y del dinero rápido por los productores— lleva a recurrir al exceso o a la autoparodia como ejemplifica Totó contra Maciste (1962, Fernando Cerchio) donde la presencia del coloso es una mera excusa para el desarrollo de una comedia buffa disfrazada de peplum.

Así mismo, era común encontrarse con que uno estaba viendo una película que ya había visto, pero presentada con otro título. Los cambios en los caprichos de los censores posibilitaban las variaciones en las cabeceras de los filmes; pero ante todo era la avaricia de la industria la que buscaba obtener el mayor rendimiento a un capital que un día invertían en celuloide y otro día en cemento.
No era raro presenciar permutaciones entre personajes como Hércules, Goliat o Ursus, o que el título obviara cualquiera de ellos: Maciste contro il vampiro (1961, Giacomo GetilomoSergio Corbucci) es estrenada en España como Puños de Hierro, mientras que en el mercado internacional se la conoce como Goliath and the Vampires.

En un principio los protagonistas de estas películas eran actores norteamericanos en decadencia, o que habían gozado de fama efímera. En las coproducciones entre Alemania Occidental y Yugoslavia de novelas de Karl May, —que sólo en los mercados bálticos colectaron en 1964 dos millones de dólares— encontraremos a Lex Baxter o Stewart Granger. Steve Reeves, que rechazó el papel de James Bond, triunfará en el Peplum. Cuando el presupuesto no permitía contratar a famosos, se recurría a actores patrios cuyo nombre se anglosajonizaba —Terence Hill (Mario Giorotti) o Bud Spencer (Carlo Pedersoli)—, o incluso se lograba que estrellas europeas consolidadas actúen en este cine como resultado de la tremenda popularidad del género —Luis de Funès, cuya primera película data de 1945, protagoniza en 1966 La gran juerga (Gerard Oury) film que se mantuvo como el más visto en Francia hasta 1994—.

 

 ADELANTE

domingo, 12 de junio de 2011

Desde Gijón, me siento esperanzado.


No voy a mentirme. Tras levantarme, el día no tenía nada de especial. En la calle, los operarios de limpieza continuaban más centrados en recortar los embistes de los últimos verracos de bebidia que en desempeñar su trabajo. En el aire, la ausencia de viento aireaba a las claras la posibilidad de que el cielo se mantuviera gris. En mi casa, el desayuno lento volvía a ser una forma de acelerar mi energía.
Pero las cosas habían cambiado en mi ciudad. La permuta en la alcaldía habla de la posibilidad de mejoría en una ciudad donde el nepotismo llevaba años ensiglado como socialismo. Hermandad de intereses que, últimamente, ha entregado el botín de estas costas cercanas a corsarios asociados como hosteleros tras su naufragio inmobiliario.
Ya acabado mi lento desayuno, la calle seguía mostrando los pecios de una noche tormentosa. Pero había un tono diferente en el cielo. Un viento que no percibía había traído una lluvia refrescante. Y así siguen en la sobremesa las cosas: inestables e inesperadas

Desde mi profundo desprecio hacia figuras políticas que figuran a caudillos. Desde mi convencimiento de que a ciertos partidos no los une una ideología, sino muchos intereses. Desde mi presunción de que para mejorar siempre es necesaria una crisis. Desde Gijón, me siento esperanzado. Dentro de cuatro años, quizá antes, las cosas volverán a cambiar. Hasta entonces, confío en estar equivocado en mi convencimiento y acertado en mi presunción.

Nino

SPAWN: EL ENGENDRO DEL DIABLO.

Desde su lanzamiento en mayo de 1992 a la actualidad (junio de 2011), Spawn es la serie más exitosa de Image, y un auténtico fenómeno social. 

A una película en imagen real sobre el personaje –Spawn (1997) dirigida por Mark Dippe– se unió, el mismo año, la serie de dibujos Todd McFarlane´s Spawn, que superadas las tres temporadas de emisión acumuló premios –Emmy incluido– y es el producto del canal HBO que mayor éxito ha alcanzado en su explotación comercial. La música –el disco de la película fue un bombazo en países tan diferentes como Canadá, Australia o Singapur– los videojuegos –este verano Capcom lanza uno nuevo– o los juguetes –la línea basada en la serie ha superado el decimoctavo lanzamiento– son otros medios donde ha triunfado la idea.

Conviene recordar que estamos ante el mayor éxito del cómic independiente: de su primer número se vendieron más de 1.700.000 copias, la colección se publica en más de 120 países y 16 idiomas, con un volumen global de ventas superior a los 133 millones de ejemplares. Ha originado colecciones–Curse of Spawn, The Dark Ages, The Undead, Cy-Gor, Sam & Twich, Hell Spawn,…– y series limitadas –Angela, Violator, Witchblade, Violator vs. Badrock,…– donde aparece lo más granado de la historieta actual: Brian Michael Bendix, Paul Jenkins o Garth Ennis.

El presente artículo se centra en los 30 primeros números de Spawn, junto con las series limitadas ya citadas, a las que se unirán el prestigio Reflejos, y Spawn/Batman, haciendo siempre referencia a su edición española; dejando para otro momento la reflexión sobre la carrera y figura del McFarlane creador y controvertido personaje público.

Spawn 3 de 10.

ATRÁS

jueves, 9 de junio de 2011

Palabras a destiempo

Hay veces en las que tras intentar poner nuestros sentimientos en palabras nos invade la vergüenza, pues comprobamos que quien acumula nuestros agasajos no tiene palabras por compartir y sí gestos para exteriorizar su pudor frente a la desnudez del alma ajena.

Las palabras sinceras, susurradas en momentos de complicidad, suelen convertir un lecho de rosas en un camastro de clavos del que nos levantamos espantados, argumentando que nos habíamos acostado con el ánimo de un amante y no con el de un faquir. Pocas cosas tienen mayor efecto huidizo que las palabras sinceras –independientemente del aliento que las acompañe–. Incluso ahora en esta Era de la Comunicación, lo que valoramos es la inmediatez, no la espontaneidad. Es increíble la soledad que nos rodea en esta maraña de redes sociales que nos envuelve. A falta de conversar, tuiteamos. Facebook no es un vínculo comunicativo; sino una máquina que presenta a contactos como amigos. Un delirio dadaista que nos permite aparentar ser más ingeniosos, más sociables, más deseables…

Fuera de las máquinas y de su nuevo lenguaje quebrado, también el uso sin alma de significantes léxicos nos convierte en personas insignificantes. La comunicación nos deshumaniza; nos cambia a clones de patrones de comportamiento socializado. Somos androides que no se atreven a soñar. Somos ciborgs que, a falta de sentimientos, guardamos silencios y apariencias. Vestimos nuestro lenguaje como un traje de domingo, marcado por un patrón de modismos entallados a la moda. 
Al hablar en público nos revestimos de voz activa que disimula nuestra conducta pasiva. Creemos que el decirnos "solidarios", "indignados" o "empáticos" servirá para desdecir nuestro obrar incongruente. Confiamos en que una mentira repetida se pueda convertir en verdad. Y si esto no funciona, articulamos excusas que argumenten nuestro obrar incongruente. Con vestir de domingo el 1ª de mayo y demás fiestas de guardar, con engalanar de registros comunes nuestra verborrea, buscamos integrarnos y ser uno más y mejor. Nuestra impresión de la Realidad se asemeja a un cuadro pintado por Pierre Auguste Renoir. Reflejamos esa impresión distorsionada con un cromatismo dialéctico tan limitado como el arte realista de un pintor que sostenía que la decrepitud comienza a los 18 años.

Al deshablar en privado, vestimos con adjetivos de "loco" a quien nos ofrece su verdad desnuda. Desconfiamos de quien habla y vive como siente. En esta tierra de libertades, desterramos al olvido a quien ejerce la libertad de pensamiento y de sentimiento. En esta sociedad de injusticias, culpamos de todas las nuestras al deslenguado que nos recuerda nuestras desatenciones. A aquél que nos habla de cuando le negamos, pese a tenerlo repetido, el cromo que necesitaba para completar su álbum de vida y color. 
De vuelta a casa, hemos batallado contra tanta palabrería ciclópea que podemos confundir palabras sinceras con cantos de sirena. Siempre he pensado que Ulises vivió sus mejores aventuras tras su regreso a Ítaca.
A falta de buen viento, os aconsejo que dejéis que las buenas palabras impulsen las velas de vuestro destino.
A falta de buena respuesta, te aconsejo que no te avergüences de tus palabras. Quizá deberías dejar de decírselas a quien no las escucha.
Y, aunque te llamen “loca”, háblate. Dedícate palabras de ánimo y cariño. Escúchate, la mejor razón late en el corazón.


Nino

Stiff Upper Lip - AC/DC

¡Rocanrol!




Stiff Upper Lip - AC/DC, posted with vodpod

martes, 7 de junio de 2011

El €urrobo


Me pregunto cuál es la diferencia entre la prudencia y mi cobardía. Quizá sólo busco quejarme, pues estoy contento con el sonido de mi lamento. Sólo sé que no estoy de acuerdo con lo que pasa, pero eso no justifica mi actitud pasiva.

lunes, 6 de junio de 2011

Gústame como güeles

"En pensant", fotografía de Man Ray
“Gústame como güeles”, bisbisó ayeri'l mio edredón al chame. Güei la mio piel llovida yá nun güel a ti. Al chame, la mio cama va echar de menos el to arume. Cuando falen les pieles el so sudu diz más que les palabres. Tres el silenciu forzáu del “hasta depués”, el mio cuerpu foi un ecu de la to voz sobre él.

“Gústame como güeles”, te voi bisbisar mañana al chanos sobre'l to edredón. Y les nueses pieles llovíes de sudu, van ser un ecu de palabres que van siguir resonando cuando mañana sía ayeri.

“Gústame como güelo cuando güelo a llibertá y a prestar” digo agora, como dixi antes. Antes, en que volví pensar en cómo güelo cuando güelo a ti

Nino

jueves, 2 de junio de 2011

¡Felicidades, aristogata!

Ilustración obra de Lucía Alonso.

No deja de ser una grata casualidad curioseante –aunque sólo una más entre el montón que van surgiendo– el que me de nombre bautismal el día en que tú naciste.

No deja de ser una oportunidad de lo más oportunamente grata, nuestro aprovechar cualquier excusa para compartir un buen rato. A la espera de que llegue el próximo, ¿bailamos, aristogata?


niMalley

Someday We'll Know By New Radicals (HQ Sound), posted with vodpod

miércoles, 1 de junio de 2011

Me siento rejuvenecer

Fotografia tomada por George Barris.



Hoy Norma Jeane llevaría caminando 85 años. Yo me encamino a los 46.
A algunos nos gusta caliente.


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